Averroes

Abu Al-Walid Muhammad ibn Ahmad Ibn Rushd conocido como Averroes o como ibn Rushd, fue un filósofo y médico andalusí musulmán del siglo XII que nació en Córdoba en el año 1126 y que murió en Marrakesh en 1198. Fueron 72 años de vida muy productivos y que influyeron tanto a sus contemporáneos como a generaciones posteriores.

Averroes provenía de una familia de estudiosos de las leyes en la que muchos de ellos, incluido él mismo,llegaron a ostentar el cargo de cadí, es decir, juez que se rige bajo la ley religiosa islámica. También se le instruyó en Teología, Matemáticas, Astronomía, etc. Tuvo una gran formación en diferentes materias y en la que más destacó fue en Filosofía, aunque popularmente se le conoció más como médico.

En su faceta de pensador destaca el valor y los comentarios que realizó a la obra de Aristóteles (insigne filósofo griego) con el que coincidía en la idea de que la filosofía y la religión debían ir de la mano. Este pensamiento fue muy influyente en su época no sólo entre los filósofos musulmanes, sino también entre los de otros credos como por ejemplo Maimónides que fue un destacado filósofo judío sefardí el cuál incluso se consideraba discípulo de Averroes. Es por ello que su obra fue traducida a otros idiomas como el latín y el hebreo. Fue tal su aportación filosófica que incluso en la Edad Moderna (siglos XV al XVIII) surgió una corriente de pensamiento que trataba de rememorar la figura y pensamiento de ibn Rushd la cual fue denominada “Averroinismo”.

En su faceta como médico destacó la enciclopedia de medicina que escribió y fue tan bien considerado que incluso llegó a ser el médico personal de varios gobernantes de su época. Desgraciadamente esta mente tan brillante vivió en la época en la que los radicales islamistas Almohades habían invadido diferentes territorios peninsulares y su integrismo religioso iba en aumento hasta llegar a tal punto que persiguieron a Averroes por su pensamiento acerca de la razón y la religión, es por ello que fue desterrado a Lucena (Córdoba) y fueron prohibidas y destruídas sus obras. Este hecho hizo que desgraciadamente se hayan perdido muchos de sus escritos debido a la fuerte censura que sufrió, sin embargo se han conservado otros gracias a las traducciones que se hicieron de ellos al hebreo y al latín, como indicamos antes, esto hizo que se pudiera divulgar su pensamiento hasta nuestros días.

En la última etapa de su vida se le restituyó de su exilió y fue llamado a la corte de Marrakesh, capital del Imperio Almohade, donde murió poco tiempo después. Haciendo honor a su última voluntad fue enterrado en Córdoba, la ciudad que le vió nacer y a donde él siempre quiso volver. Actualmente se desconoce el lugar exacto de su enterramiento pero la ciudad no lo ha olvidado y le ha dedicado una calle, un instituto, etc., incluso tiene una estatua que le representa y que podemos encontrar sobre un pedestal en la calle Cairuán, muy cerca de la Puerta del la Luna. Este monumento fue realizado por el escultor Pablo Yusti Conejo en 1967 y lo representa sentado, mirando al horizonte y con un libro en la mano como sería habitual en una persona tan estudiosa como Averroes.

Si estás paseando por Córdoba te recomendamos buscar la Calle Cairuán la cual discurre por la muralla donde podrás disfrutar de una estampa preciosa de la ciudad decorada con flores y con albercas por las que discurre el agua creando un murmurllo agradable, y justo ahí, en este lugar tan idílico podrás encontrar a nuestro amigo Averroes. Si quieres conocer este rinconcito entre otros de la ciudad, te recomendamos hacer una visita guiada con nosotros, en la que te deleitarás con la belleza de Córdoba.