El Triunfo de San Rafael de Miguel de Verdiguier (II)

El triunfo de San Rafael - Córdoba - Eventour

Para seguir conociendo este monumento tan emblemático de nuestra ciudad recurriremosSan-Rafael-226x300 El Triunfo de San Rafael de Miguel de Verdiguier (II) a  Teodomiro Ramírez de Arellano, que si bien nos proporciona una de las más exhaustivas descripciones a la cual nos remitiremos, no tuvo ningún reparo en incluir su opinión personal acerca del monumento en su obra “Paseos por Córdoba”, fueron estas sus palabras: «Este monumento es suntuoso, si bien se revela en él marcadamente el mal gusto de la época en que fue construido […]». Dicho esto comenzaremos a analizar el monumento que nos ocupa.

El Triunfo de la Puerta del Puente es una obra escultórica cargada de simbología relacionada con la historia de Córdoba. Una gran roca de mármol negro que simula una montaña escarpada, sirve de apoyo a Santa Bárbara, y los hermanos Acisclo y Victoria, santos mártires y patrones de la ciudad. Resulta obvio pues, que los hermanos aparezcan en el monumento a los pies del Custodio, no siendo tan clara la presencia de Santa Bárbara, patrona de las tormentas. Su representación en el monumento se debe a la devoción que el Obispo Barcia sentía por la santa, y la protección de la misma ante los fenómenos naturales.

En el centro, bajo las figuras de los Patrones, un águila que parece querer salir de la roca, porta sujeta por sus garras la cartela con el juramento que San Rafael pronunció ante el Padre Roelas. En el segundo cuerpo del triunfo, apoyo de la columna sobre la que se eleva el Santo Custodio, se erige una especie de castillo de planta circular almenado, con un arco de medio punto cegado sobre el cual aparece el escudo del Obispo Barcia. El siguiente cuerpo lo forma la columna, procedente, nos cuenta Ramírez de Arellano, de la Cantera del Cerro de Valdegrajos, donde fue labrada. De mármol rojo veteado en azul, morado, gris y negro hace de pedestal a la escultura de San Rafael, en cuyo pecho, al igual que el resto de efigies, alberga un pequeño relicario de plata, en su caso con una partícula de la Santa Cruz, otra del velo de la virgen, de la capa de San José y huesos de San Pelagio y San Roque.

En el lado del Seminario, podemos ver un caballo de tamaño natural paciendo, símbolo de la fama de Córdoba en la cría del caballo de pura raza, y en la parte trasera una palmera que alude a la protección del Arcángel hacia la ciudad. Por último, una verja interrumpida por diez pedestales con inscripciones latinas acota el monumento, en ellas se explica el objeto de la obra y los atributos que en ella se aparecen.

Antes de concluir este post, y aunque se haga referencia a otro triunfo, me parece curioso incluir este apunte, pues nos acerca al sentimiento de devoción y potestad hacia San Rafael por el pueblo de Córdoba, un episodio que recoge Francisco Solano Márquez en su libro “Guía secreta de Córdoba”: «Cuando la invasión del cólera en Sevilla en 1860, no sabemos quién cundió la voz de que furtivamente se la iban a llevar (la imagen de San Rafael) a aquella capital, y todas las noches se quedaban en la plazuela algunos vecinos del barrio de San Lorenzo armados de gruesos palos para oponerse a que tal cosa se hiciese».