Hisham II: El Califa que no gobernó

Hisham II

Hisham II, hijo del segundo califa omeya de al Andalus Al Hakam II, cuyo nombre completo fue Abu l-Walid Hisham ibn al-Hakam, fue el heredero del poderoso califato y  en concreto el tercero de esta dinastía en ser nombrado con dicho título.

Tras la muerte de su padre en el año 976, Hisham era sólo un niño y según la ley islámica un califa no podía ser menor de edad. Es por ello que algunos sectores de la corte califal pensaron que sería adecuado que su tío Al-Mugira, hermano de su padre, se hiciera cargo de ejercer el poder. Sin embargo tanto el hayib o primer ministro Yafar al-Mushafi y la reina Subh, madre de Hisham, no estuvieron de acuerdo con que gobernara al-Mugira por ello el primero valiéndose de su protegido Abu Amir tramaron contra él y lo asesinaron con lo que se nombró como califa al pequeño Hisham y el gobierno recayó en un consejo regente formado por al-Mushafi y Abu Amir con el total beneplácito de Subh, madre del pequeño califa.

Con el paso de los años el ambicioso Abu Amir no se conformaba con el poder que ya tenía, quería más y al-Mushafi, su antiguo protectory el hombre que le dió la posición que ostentaba, le estorbaba, con lo que maquinó contra él y para conseguir sus planes consiguió acercarse a Galib, general de la popular guardia eslava, estos eran guardianes de origen eslavo a los que también se les conocía como los jurs “mudos” porque en un principio no hablaban árabe. Abu Amir se casó con la hija de Galib haciéndose así con su favor por ello cuando acusó a al-Mushafi de traidor el general le apoyó y el antiguo protector de Abu Amir fue ejecutado pasando éste a ostentar todo el poder al convertirse en hayib, primer ministro.

Pero la ambición de Abu Amir iba muy lejos y lucha en batalla contra Galib, el cuál fallece y desde entonces el hayib toma el sobrenombre de al-Mansur, “el victorioso” y así ha pasado a la historia con el nombre de Almanzor.

Mientras tanto Hisham II estaba recluido en el palacio omeya de Medina Azahara ajeno a todas estas intrigas y llegando a la mayoría de edad sin interés aparente en gobernar.

Realmente la vida de Hisham II fue un misterio, fue una persona totalmente relegada de la que no se conoce mucho, ni su personalidad, ni su forma de pensar,
etc. ¿Por qué se conformó con su situación? ¿Por qué nunca luchó por sus derechos? Son preguntas a las que no hemos sabido dar respuesta, quizás una investigación más profunda pueda dar luz a alguna de estas cuestiones.

Algunos cronistas como ibn al-Jatib dan a entender que Hisham tendría algún tipo de problema, quizás mental, y por ello no se rebeló ni hizo nada por gobernar. Sea como fuere Hisham II fue un títere, al que “enseñaban” cuando sugían rumores de que había muerto para acallarlos.

Tras la muerte de Almazor, y a pesar de las revueltas que se dieron, le sucedieron dos de sus hijos, Abd al-Malik, que muere al poco y Abd al Rahman “el Sanchuelo”. Hisham contaba ya con más de 30 años y su situación seguía igual.

Aunque el segundo de los hijos de Almazor que ostentó el poder quiso que Hisham II lo nombrará heredero del califato lo que hizo que los parientes omeyas de Hisham II se opusieran llegando a un conflicto que termina con la reclusión de Hisham y con el gobierno de Muhammad II al-Mahdi bisnieto del primer califa Omeya de al-Andalus, Abderramán III, quién ni en sus peores pesadillas habría imaginado un final así para la época más brillante de la época Omeya, el califato que él creó.

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