Medina Azahara fue la ciudad que construyó el primer califa omeya de Al Andalus, Abderramán III en el año 936. A través de esta nueva urbe quiso demostrar a todo el mundo hasta donde había llegado la civilización omeya en estas tierras. Pero desgraciadamente, este esplendor y opulencia no duró mucho pues no tardaría en forjarse una cruenta guerra civil que acabó con el califato y el poder Omeya.
Esta debacle conllevó, entre otras cosas, la destrucción de la ciudad de Medina Azahara y su consecuente expolio continuado durante siglos cuando pasó a conocerse como Córdoba la Vieja. Todo el mundo quería llevarse un trocito de aquel lugar, bien fuera porque le venía bien para construir o decorar algún edificio, o porque encontrase algo valioso que vender o por quedarse con un recuerdo magnifico de lo que fue aquel lugar. Es por ello que hay piezas de Medina Azahara dispersas por todo el mundo y no exagero si afirmo que es increíble que conservemos el cervatillo aquí, en Córdoba.
Este cervatillo está realizado en bronce con todo el cuerpo decorado con palmetas y roleos, la marca de la fábrica en el pecho y los orificios en la cabeza donde llevaría colocada la cornamenta. Está datado a mediados del siglo X y era un surtidor de agua que formaría parte de la decoración de alguna fuente. Se puede contemplar ahora en el Museo de Medina Azahara pues forma parte de la exposición permanente del mismo, pero antaño se conservaba en el museo de Bellas Artes, donde llegó tras la desamortización, para posteriormente pasar al Museo Arqueológico de Córdoba.
Se sabe de la existencia de varias figuras de este estilo, una de ellas se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y se trata de una cierva realizada en bronce sobredorado que aunque más desproporcionada que el cervatillo de Córdoba no deja de asemejarse en estilo. Otra de estas piezas se encuentra en el Museo de Arte Islámico de Doha en Catar y también es una cierva de bronce muy similar al que se conserva en Córdoba, la cual fue obtenida en una subasta. Por este medio han sido repartidas por el mundo otras piezas zoomórficas procedentes, con una alta probabilidad, de Medina Azahara, como un león, un gallo, pavos reales, etc.
Hay fuentes históricas árabes que narran que en Medina Azahara había fuentes con surtidores de agua en forma de animal, incluso hay una leyenda sobre una fuente con cuatro cervatillos que estarían malditos por un brujo para castigar al califa por realizar representaciones de animales que estaban prohibidas por el Corán. La maldición consistía en que estos cervatillos atraerían una energía negativa que acabaría destruyendo la ciudad de Medina Azahara para que no estuviera en pié más de un siglo. Tras esta destrucción los cervatillos acabarían separados y dispersos por el mundo para no encontrarse nunca jamás. Por ahora parece que la maldición de la leyenda se está cumpliendo al dedillo, porque la ciudad no llegó al siglo y parece imposible que vuelvan a estar juntos esos cuadro cervatillos.
Sea real la maldición o no, sí es cierto que los Omeyas decoraban con figuras de animales y personas espacios de su ámbito cotidiano, sus palacios, casas, jardines, etc. Sin embargo, sí llevaban a rajatabla la prohibición de realizar representaciones figuradas en el ámbito religioso, donde sólo encontramos decoraciones vegetales, epigráficas y geométricas tan típicas del arte religioso musulmán.
Desde Eventour te invitamos a visitar Medina Azahara de la mejor forma que hay, haciendo una visita guiada para que así puedas descubrir su cervatillo y muchas curiosidades más, además de conocer la interesante historia de ese lugar.
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