Una de las leyendas más conocidas e intrigantes de Córdoba es la del Lago de las Tendillas. Muchas personas han dado testimonio acerca de este lago que se ubicaría bajo la céntrica plaza de las Tendillas y al que se accedería por diferentes casas de la zona.
Los dos accesos a él más conocidos son el de la Calle Juan de Mena a través de la llamada popularmente como “Casa del Agua” y el de la Casa Colomera, edificio ubicado en la mencionada plaza.
En el primer caso hay que bajar unas escaleras para llegar a la zona donde se encuentra el agua. Varios investigadores han accedido y han expuesto sus conclusiones al llegar a este lugar, hay incluso quien ha intentado adentrarse, sin éxito, en el hueco por el que llega el agua hasta ese sótano. Todo el mundo coincide en algo: ese agua podría venir de un acuífero subterráneo que se ubicaría bajo la plaza de las Tendillas.
Los testimonios sobre el segundo acceso, a través de una entrada por la Casa Colomera, son los que hacen volar la imaginación, pues en este caso se habla de una cueva con estalactitas y estalagmitas, por la que se podría pasear en un bote, de hecho hay algún relato que habla incluso de proyectos emanados del área de cultura de la Diputación de Córdoba, que querían dar un uso a esa cueva subterránea realizando un auditorio para escuchar música y que los visitantes pudieran pasear en barca por él.
Hay investigaciones científicas procedentes de la Universidad de Córdoba que dejan de manifiesto que los romanos fundarían la ciudad de Corduba en ese lugar debido no sólo a la cercanía del río Guadalquivir sino también por el acceso a acuíferos aluviales como sería el caso del de la leyenda que nos ocupa, cuyas aguas fueron aprovechadas por todas las civilizaciones que pasaron por la ciudad califal.
Contestando a que si el lago es mito o realidad, pues parece ser que está claro que agua hay en la zona, y quizás ahora que la Casa Colomera se va a convertir en un hotel, de la cadena H10 Hotels, se pueda desvelar si allí se ubica ese acceso a ese lugar subterráneo que según se ha contado parecería un lugar de fantasía, un lugar de cuento. ¿A quién no le gustaría que existiera para poder visitarlo?