Hoy en nuestro post hablaremos de la Córdoba del s.I d.C, y concretamente de uno de sus célebres personajes. Si volvemos al momento en el que nuestra ciudad era llamada Corduba y considerada Colonia Patricia por el Imperio Romano, nos encontraremos con el famoso filósofo y escritor Lucio Anneo Séneca, o más conocido como Séneca el joven, para ser diferenciado de su padre. Este cordobés pertenece a la familia de los Anneo, familia de la que también forma parte el poeta Lucano, nuestro protagonista.
Marco Anneo Lucano nació en Córdoba en el seno de una familia adinerada, una de las más poderosas de la ciudad. La oratoria y literatura de su abuelo, Marco Anneo Séneca, destacó mucho en Roma aunque tanto él como su familia durante la guerra civil entre Pompeyo y César tuvieron que refugiarse en Corduba, debido a ser simpatizantes del bando pompeyano. En esta nueva ciudad en la que se instalaron nacieron todos sus hijos, entre ellos Anneo Mela, padre de Lucano. Mela, de un carácter ambicioso, decidió que la política municipal no le llenaba y, junto con su familia se trasladó a Roma donde podría realizar una carrera en la administración imperial.
El hecho de pertenecer a esta familia le permitió conseguir una buena fortuna y asegurarse un buen porvenir para sus hijos, entre los que destaca Lucano. La educación de Marco Anneo Lucano fue de mano de su tío Séneca, quien, después de su exilio por orden del emperador Claudio, decidió hacerse cargo de su prometedor sobrino. Ya desde muy joven había compuesto un par de obras y había demostrado su soltura a la hora de hablar en público tanto en griego como en latín y, como cualquier romano de familia con prestigio, realizó un viaje de estudios a Atenas para conocer la cuna de la filosofía y la retórica.
Su fama de buen orador y poeta hizo que el mismísimo emperador Nerón, quizás también aconsejado por su tutor Séneca, llamara de vuelta a Lucano para formar parte de su círculo de amigos íntimos. Los inicios de la relación entre el poeta y el emperador se cuentan como una época fructífera para ambos: Nerón le brindaba su protección mientras que Lucano era quien estaba siempre al servicio del emperador escribiendo todos sus deseos.
No obstante, esta buena relación entre ambos personajes fue cambiando con el paso del tiempo, debido, se rumoreaba, a la envidia que sentía Nerón hacia las capacidades poéticas de Lucano. El poeta, tras sufrir el desprecio del emperador, comenzó a cambiar el estilo de sus escritos, siendo éstos ahora mucho más críticos con la política imperial. Lucano incluso llegó a formar parte de un intento de golpe de estado contra Nerón (la llamada conspiración de Pisón), que el emperador consiguió desarmar a base de violencia, denunciando y condenando al poeta por atentar contra su vida.
Tras esta acusación, hay algunos autores que mencionan que Lucano, con tal de conseguir ser declarado inocente, llegó a denunciar la culpabilidad de su propia madre. Finalmente, Nerón le dio la posibilidad a su antiguo amigo de elegir la manera en la que se quitaría la vida y Lucano, siguiendo el pensamiento estoico que ha marcado toda su vida, decidió cortarse las venas y dejarse morir mientras recitaba unos versos que él mismo escribió. El joven poeta tenía tan solo veintiséis años.
Autora de la imagen destacada: Alicia Carrillo Calderero.