Las leyendas de Medina Azahara
Nuestras visitas guiadas en la ciudad de Córdoba siempre suelen ser lo más fieles posibles a la historia pero también creemos que debe quedar algo de espacio para la fantasía y la leyenda. Sin embargo, hay que saber distinguir entre lo que es fuente histórica y lo que es fruto de un relato de leyenda.
De entre todas las pequeñas historias que se cuentan en Córdoba, una de las más conocidas es la del origen de la ciudad palatina de Medina Azahara.
Cuenta la leyenda que la ciudad fue construida por Abderramán III para su favorita, Azahara, intentando curarle, así, una pena que ella tenía. Azahara era original del norte del país y le dijo al califa que echaba en falta las blancas montañas de su hogar. Abderramán III con todo su poder, ordenó construir la citada ciudad en la falda de la montaña para mitigar su melancolía. Para ello la mandó pintar de blanco y plantó árboles que, cuando florecieran, llenaran de blanco la montaña. De esta forma esperaba que su nostalgia no fuera tan grande.
Otra de las leyendas que se cuenta acerca de Medina Azahara es la existencia de un tanque de mercurio dentro del edificio conocido a día de hoy como el “salón rico”. Lo que se quería con semejante artilugio era, aparte de representar la capacidad material de hacer algo así, crear un juego de luz. El mercurio lo que haría sería reflejar la luz del sol en las diferentes decoraciones del salón y dar la sensación de que todo estaba decorado con piedras preciosas y materiales increíblemente lujosos.
