Gonzalo Fernández de Córdoba, el gran capitán

Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido por sus méritos militares como el Gran Capitán, nació en Montilla (Córdoba) en el año 1453 y falleció en el año 1515 en Granada.

Perteneciente a la Casa de Aguilar, una de las casas nobiliarias más importantes de Andalucía, fue paje en la corte de Castilla y se formó como militar, disciplina en la que destacó de forma brillante, tanto por la excelente relación que tuvo con compañeros y con los hombres que comandaba los cuales le admiraban, como por la mente estratégica tan brillante e innovadora que tuvo en el campo de batalla lo que le llevó a obtener grandes victorias tanto en la Guerra de Granada (último reino isámico que hubo en la Península Ibérica) como en otras campañas como por ejemplo en las que se llevaron a cabo en Italia y que lo convirtieron en virrey de Nápoles.

Siempre estuvo a favor de la causa de la reina Isabel la Católica para heredar la corona de Castilla, incluso formó parte de su corte. De hecho su declive llegó tras la muerte de Isabel que tuvo lugar en 1504. A partir de entonces el Rey Fernando el Católico no disimuló la animadversión que tenía contra el cordobés al que no trató nada bien en los últimos años de su vida haciendo que abandonase Nápoles, entre otras cosas.

Finalmente el Gran Capitán se fue a Granada donde falleció a causa de fiebres cuartanas sobreviviéndole el Rey Fernando tan sólo un mes.

En Córdoba se le recuerda con una escultura ecuestre realizada por Mateo Inurria y que actualmente se ubica en la Plaza de las Tendillas. Tiene una historia curiosa esta escultura, pues ha “viajado” por la ciudad igual que hizo el Gran Capitán debido a sus campañas.

A finales del siglo XIX se proyecta realizar en Córdoba la Avenida del Gran Capitán y el Ayuntamiento tuvo la idea de decorar esa vía con una efigie dedicada a tan ilustre cordobés, sobretodo porque en 1915 se celebraba el IV centenario de la muerte del popular militar. Se organiza entonces la apertura de una subscripción popular que sufrague los gastos del monumento y es por ello que en 1909 se le ofrece el proyecto al escultor cordobés Mateo Inurria.

Gracias a las aportaciones del Ayuntamiento de Córdoba, a las de ayuntamientos de la provincia, a donaciones privadas, de asociaciones, del ejercito etc., se fue consiguiendo parte del presupuesto, pero no todo, y finalmente el proyecto no se puedo realizar en el año del centenario. No fue hasta 1923 cuando por fin se consiguió el dinero suficiente para llevar a cabo la escultura que se inauguró el 15 de noviembre de dicho año en la intersección de la avenida del Gran Capitán con la Ronda de los Tejares.

Tras la remodelación de la actual Plaza de las Tendillas se pensó que esa ubicación sería más adecuada para el monumento, y a pesar de la oposición popular la escultura se trasladó a dicho lugar en el año 1927.

La escultura de Mateo Inurria representa a un Gran Capitán montado a caballo y está realizada en bronce salvo la cabeza para la que utilizó mármol blanco con la idea de dar expresividad a la obra, todo el conjunto se encuentra sobre un alto pedestal en el que encontramos inscripciones alusivas a las
hazañas del Gonzalo Fernández de Córdoba y el escudo de los Reyes Católicos ya que bajo su mandato fue cuando ejerció como militar. Hay una leyenda popular cordobesa que cuenta que la cabeza es diferente porque pertenecía a una escultura de Lagartijo, un torero cordobés, y a pesar de lo extendida que está esta creencia, hay que decir que es falsa.

Si visitas Córdoba no dejes de pasar por el centro de la ciudad y su plaza de las Tendillas donde encontrarás la escultura del Gran Capitán. Podemos guiarte a conocer este lugar y también a conocer más curiosidades de este ilustre personaje, contáctanos.