Julio Romero de Torres, pintor cordobés por excelencia, fue muy afamado no sólo en su ciudad, sino a nivel nacional e internacional. Cierto es que también fue criticado y en ocasiones injustamente tratado, pero esto no restó importancia a su obra tan personal y al legado que dejó y que sigue teniendo eco hoy en día.
Desde pequeño se crió en un ambiente relacionado con la cultura y el arte debido a que estaba rodeado de artistas como su padre Rafael Romero Barros el que también fue director del Museo Provincial de Pinturas de Córdoba que acabó convirtiéndose en lo que es el actual Museo de Bellas Artes de Córdoba.
Su estilo evolucionó de una pintura luminosa con una pincelada suelta que recuerda al Impresionismo a uno más realista con toques modernistas y gran simbología.
Al hablar de Julio Romero de Torres la mayoría de personas lo relacionan con el flamenco, el folklore andaluz etc., pero fue un pintor muy simbolista que realizaba una gran denuncia social en sus obras cosa que se ve desde su juventud en cuadros como por ejemplo “Horas de Angustia” donde denuncia la situación de crisis que vivía el país y que sobretodo afectaba a las clases más humildes de la sociedad, en una escena en la que podemos ver a un mujer impotente y rota de angustia velando el lecho de su hijo enfermo y por su gesto no se augura un final feliz.
En este sentido también destaca su obra “Conciencia Tranquila” Donde asistimos a una escena en la que hay un hombre, acusado de ser anarquista, maniatado presenciando de forma estoica el registro de su casa, mientras que su hijo le agarra de la camisa y su mujer al fondo sujetando a un bebé con su gesto nos describe el dolor y el temor ante la situación tan terrible que se le presenta.
Dentro de esta denuncia social clara, no podemos dejar pasar el escándalo que causó su obra “Vividoras del Amor” en la que representa a varias prostitutas reunidas ante un brasero, con gesto de cansadas, esperando el momento en que llegue el cliente. La denuncia de la situación de estas mujeres en 1906 fue totalmente rechazada acusando a la obra de inmoral motivo por el cual no le dejaron presentarla en la Exposición Nacional.
Este tipo de denuncia o crítica social también los vemos en diferentes obras que parecen tratar de temáticas diferentes, así por ejemplo vemos en “Cante Hondo” no sólo la consagración del cante o del flamenco en esa mezcla que hace él siempre de lo profano y lo divino, sino que vemos también diferentes escenas alrededor de la divinizada mujer que representa el cante. Vemos una escena de celos y muerte que puede estar presente en el flamenco pero que aquí el pintor denuncia en la figura de ese hombre asesino con la navaja en la mano y que mata a la mujer y su libertad de estar con quien desee.
Realmente Julio Romero a través de muchas de sus obras denuncia la situación de la mujer de su tiempo por ello muchas veces las representa en un interior y tras ellas un paisaje idílico y bello, que a veces miran con tristeza por no tener la libertad de estar en ellos y otras les dan la espalda resignadas ante su falta de libertad.
Para aquellos quieran saber más sobre esta determinante figura, pronto se estrenará un Mediometraje dirigido por el cineasta cordobés Miguel Ángel Entrenas y en el que nos dará una versión personal de la vida del artista.
Mientras tanto, puedes conocer parte de su obra en el museo Julio Romero de Torres, en el Restaurante Bodegas Campos y en algunas obras emplazadas en las calles cordobesas de manos de un guía de Eventour Córdoba. ¡Contacta con nosotros!
La imagen destacada de este post corresponde al cuadro “La primavera” del pintor cordobés.